"Yo tuve un alumno, llamado Robert, que era gay y que participaba en uno de mis cursos por internet el cual tenía acceso directo a mí via email. Robert me expuso la cruda realidad de su vida. En el trabajo los compañeros se metían con él y estaba constantemente estresado por lo groseros que eran con él. Decía que cuando iba por la calle era abordado por homofóbicos que de alguna manera abusaban de él.
Robert quería ser comediante pero cuando salía a escena a hacer su monólogo, el público le boicoteaba el espectáculo por su condición de gay. Su vida era puro sufrimiento e infelicidad. Y todo lo centraba en la idea del acoso por ser gay.
Empecé a demostrarle que se estaba centrando solamente en lo que no quería y lo remití a su email. Le dije: “léelo de nuevo… Mira todas las cosas que me estás contando y que no quieres. Pones mucha pasión en todo esto, y cuando te concentras en algo con tanta pasión, haces que ocurra aún más rápido”.
Después de esto Robert empezó a centrarse en lo que verdaderamente quería de corazón y a intentarlo realmente.
En el plazo de 6 a 8 semanas ocurrió algo milagroso. Me contó que en su oficina algunos de los que le habían estado acosando fueron cambiados de departamento, otros dejaron la empresa o simplemente lo dejaron en paz. Su trabajo había empezado a gustarle, empezó a darse cuenta de que cuando iba por la calle ya nadie se metía con él. Simplemente no estaban allí. Al hacer su monólogo ya no era interrumpido e incluso recibía ovaciones.
Su vida entera cambió porque pasó de prestar atención a lo que NO quería, a lo que tenía miedo, a lo que quería evitar… para prestar atención exclusivamente a lo que SI quería."